Mujer de 43 años que acude tras diagnóstico de tumor óseo en húmero proximal derecho. Desea derivación a salud mental y expresar su malestar por el diagnóstico tardío. En palabras suyas, «el traumatólogo me dijo que cómo es que nadie me hizo una radiografía antes». 

Paciente sin antecedentes con cuadro de omalgia derecha no traumática de 3 años de evolución con dolor con los movimientos que persiste en reposo. Siente alivio relativo con antiinflamatorios y analgésicos. Niega fiebre, pérdida de peso u otra clínica acompañante.  

A la exploración, paciente en actitud antiálgica con dolor a la palpación y balance articular preservado con movilidad activa y pasiva limitadas por dolor.  

En ecografía se observa severa tendinopatía cálcica del supraespinoso por lo que se pauta analgesia y se deriva a Rehabilitación. Ante la no respuesta al tratamiento conservador, se deriva a Traumatología, que realiza resonancia magnética y confirma el diagnóstico de tumor cartilaginoso atípico/condrosarcoma G1 tributario de actitud wait & see.  

Trabaja de cajera y reponedora en una tienda de ropa.  

Ante una demanda así debemos analizar el objetivo de la visita de la paciente, en este caso: buscar una explicación a lo sucedido, expresar un malestar y solicitar ayuda para afrontar una situación que la desborda emocionalmente.  

Tras mantener escucha activa, expresar que comprendemos su malestar y explicar que un diagnóstico precoz no habría cambiado el pronóstico, la paciente se muestra más tranquila. Predomina la tristeza y acordamos iniciar tratamiento psicoterapéutico, que mantiene a día de hoy.  

Ante una reclamación o reproche no debemos actuar poniéndonos a la defensiva o confrontándola. La paciente necesita espacio para expresar su opinión y nosotros podemos aportar empatía y validar sus sentimientos para poder elaborar juntos una estrategia de cara al futuro y mantener o restablecer la confianza.