IV Jornadas semFYC de Medicina Rural
25 y 26 de octubre de 2019
Enfoque familiar y comunitario
Presentamos una paciente de 92 años, vivía con una cuidadora y tenía 3 hijos en el mismo pueblo. Buena salud hasta hacía un año, cuando comenzó con deterioro cognitivo.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
En Agosto, con todo el personal habitual del consultorio ausente, presentó fiebre, tos y expectoración. Valorada en domicilio, se inició levofloxacino. La noche siguiente presentó alucinaciones, introduciéndose haloperidol. A los 3 días, avisaron por desorientación, aumentándose el haloperidol. Al día siguiente objetivaron febrícula, añadiéndose cefuroxima.
Yo, médico de familia recién terminada, contratada para todo lo necesario en la zona, la atendí una semana tras comenzar el cuadro. Estaba decaída, con febrícula, algo intranquila, sin apetito y con diuresis escasa. No había hecho deposición en días y al incorporarla, se presincopó.
Tratamiento y planes de actuación
Tras explorarla y explicar a la familia lo limitado del pronóstico, fui a cambiar el tratamiento. La cuidadora me dijo: "En una semana habéis venido a verla 5médicos, ninguno le dejáis el tratamiento el tiempo suficiente para que le haga efecto, y cada día está peor".
Me hizo plantearme cómo vamos a manejar adecuadamente a nuestros pacientes ancianos yendo cada día un médico, con criterios diferentes, todos probablemente acertados pero cada uno en una dirección.
Evolución
Fui a verla varios días al terminar mi jornada. Mantuve el tratamiento e insistí en hidratarla. La familia se implicó enormemente. Fue mejorando, comiendo y volviendo a reñir a sus hijos. El último día que fui incluso me dijo que había tardado mucho y estaba esperándome, ¡a ver qué fundamento era aquel!.