XXXIX Congreso de la semFYC - Málaga
del 9 al 11 de mayo de 2019
Atención Primaria y Atención Especializada.
Caso multidisciplinar
Dolor mecánico en tobillo izquierdo.
Enfoque individual
Varón de 16 años con antecedentes de apendicectomía y cuadro de obstrucción intestinal resuelta mediante laparotomía y resección de brida.
Consultó a su médico de familia por presentar dolor de características mecánicas en tobillo izquierdo, así como cojera al correr, con una duración de varios meses y tras haber sufrido un esguince de tobillo, al cual fueron inicialmente atribuidos los síntomas que presentaba el paciente.
En la radiografía simple se evidenció una lesión lítica localizada en la cara lateral del tercio distal de la tibia izquierda, produciendo adelgazamiento de la cortical. El paciente fue derivado a la consulta de Traumatología.
Enfoque familiar y comunitario
El paciente vive con sus padres con los que mantiene una relación adecuada. No presenta problemas ni en los estudios ni en las relaciones sociales.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Tras la realización de RM se planteó el diagnóstico diferencial entre quiste óseo aneurismático o tumor de células gigantes, confirmando la biopsia la primera posibilidad.
Tratamiento y planes de actuación
Como primera opción de tratamiento se decidió intentar embolización terapéutica, la cual no resultó exitosa debido al gran tamaño de la lesión. Posteriormente el paciente fue intervenido quirúrgicamente mediante resección y reconstrucción con injerto estructural osteosintetizado con tornillos.
Evolución
Tras inmovilización mediante yeso, el paciente recibió tratamiento rehabilitador. La evolución fue favorable, permaneciendo asintomático al cabo de unos meses de la intervención y obteniendo un excelente resultado funcional.
El quiste óseo aneurismático constituye una lesión enigmática que se debe probablemente a un cambio fisiopatológico específico, como consecuencia de un traumatismo (fracturas o lesiones ligamentosas) o de un proceso vascular anómalo inducido por un tumor o lesión preexistente capaz de iniciar una malformación arteriovenosa perióstica o intraósea.
El médico de familia debe sospechar este tipo de lesiones ante imágenes radiológicas óseas de lesiones líticas y multiloculadas de carácter expansivo.