Atención Primaria.

Hombre de 57 años que consulta para renovación de la receta electrónica.

Enfoque individual

Paciente que acude como desplazado desde otra comunidad autónoma. Caminero de profesión, sin domicilio estable.

Enfoque familiar y comunitario

Tiene un hijo con el que no mantiene relación y parejas sentimentales esporádicas y cambiantes.

Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas

Nos contacta por problemas con su receta electrónica, a la que no puede acceder porque dice que le ha caducado. Refiere tener pautado valsartán/hidroclorotiazida 160/12,5 mg, metformina 850 mg y pravastatina sódica/fenofibrato 40/160 mg. De ahí deducimos que padece hipertensión, diabetes mellitus y dislipemia. 

Más adelante nos vuelve a contactar de nuevo por el mismo motivo, y aprovechamos para intentar control, consiguiendo tras mucha paciencia que acuda a realizarse una analítica. En dicha prueba presenta valores muy descompensados, con hemoglobina glicada del 9%, colesterol total de 240 mg/dl y triglicéridos de 1021 mg/dl. Dada la situación, intentamos concienciar al paciente sobre su estado de salud, aunque no parece ser consciente del riesgo, achacando a su profesión excusas para el cumplimiento de nuestras recomendaciones higiénico-dietéticas así como para la adherencia al tratamiento, a pesar de nuestro esfuerzo por ir abordando los problemas de forma progresiva y personalizadano para no abrumarle.

Tratamiento y planes de actuación

Tras varias llamadas telefónicas, siempre desde su camión, nos vamos ganando la confianza del paciente, consiguiendo instaurar tratamiendo con insulinoterapia y que acuda a controles rutinarios en el centro de salud.

Evolución

Aun así, en una consulta nos comenta episodio de dolor torácico mientras conducía, por lo que cursamos pruebas e interconsultas y damos incapacidad temporal, consiguiendo con ella mejor control médico.

En Atención Primaria tenemos la gran suerte y responsabilidad de conocer al paciente, comprendiendo su situación e intentando que se sienta atendido y valorado.

 

No obstante, hay pacientes en los que resulta complicado realizar un seguimiento y en los que lo más fácil es tirar la toalla, suponiendo todo un reto para nuestra práctica clínica diaria. Con las técnicas adecuadas de comunicación y seguimiento podemos conseguir buena adherencia terapéutica y conciencia de enfermedad, creando además una relación médico-paciente sana y beneficiosa para ambos.