Atención Primaria.

Mujer de 75 años diagnosticada de adenocarcinoma gástrico estadio T1a que acude a la consulta de Atención Primaria. Está pendiente de la segunda consulta de cirugía general y la consulta de anestesia previa a la cirugía pero nos comenta que tiene miedo y que no está segura de la operación.

Enfoque individual

La paciente tiene diagnóstico reciente de carcinoma gástrico.

Enfoque familiar y comunitario

Dentro de la medicina familiar y comunitaria es primordial conocer a los pacientes y darles el espacio oportuno para poder hablar con ellos acerca de sus miedos y dudas, sin juzgarlo. Una vez se habla de ello y se solucionan las posibles dudas, los miedos que pueda tener el paciente se hacen menos significantes y toman menos dimensión en el proceso.

Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas

Miedo e incertidumbre ante una situación desconocida.

Tratamiento y planes de actuación

Por ello lo primero que se comienza a hacer es una entrevista más profunda acerca de sus miedos, intentando averiguar el por que. Comenta que tiene miedo de cómo será la intervención y del post-operatorio y, sobre todo, perder su independencia y calidad de vida. Tras explicarla la parte más “técnica” de la intervención, la cual entiende y acepta acudir a consulta con el cirujano para que se lo explique todo de una manera más extensa. Después de dicha consulta, la paciente vuelve y nos reitera su miedo al post-operatorio. 

Evolución

En este caso, tras hablar con la paciente y explicarle todas las posibilidades se quedó más tranquila y pudo comprender que en su caso era mas el riesgo que corría al no operarse ya que el beneficio es mayor.

Como conclusión me parece importante subrayar que es algo normal que ante situaciones nuevas y de incertidumbre los pacientes puedas desarrollar ciertos miedos. Pero hay que tener en cuenta que dichos miedos pueden llegar hasta a desaparecer si se habla de ellos. Conocer a los pacientes y poder crear un ambiente de confianza es primordial para que puedan desahogarse y no sentirse juzgados.