II Jornadas de Ecografía de la semFYC
marzo 2020
Atención Primaria.
Dolor abdominal.
Enfoque individual
Una mujer de 60 años de edad, intervenida de un colangiocarcinoma hacía 3 años (hepatectomía derecha, quimioterapia coadyuvante), que había sido sospechado ecográficamente por nosotros en aquel momento, sigue vigilancia en el Servicio de Oncología, sin aparentemente recidivas ni metástasis hasta el momento, nos demanda una respuesta sincera a «su dolorimiento en epigastrio e hipocondrio izquierdo». No refiere síndrome constitucional, alteraciones en el tránsito digestivo ni otros datos de alarma. A la exploración física destaca dolor a la palpación en epigastrio donde se palpa el lóbulo hepático izquierdo hipertrofiado. Completamos la exploración con ecografía clínica en la consulta.
Hallazgos ecográficos
A nivel hepático se visualizan varias lesiones focales ocupantes de espacio hipodensas con realce periférico en el contexto de enfermedad metastásica con áreas de necrosis central, congruente con recidiva tumoral (imagen 1) y vena porta principal ocupada parcialmente por material hiperecogénico, compatible con trombosis portal parcial con extensión a vena mesentérica superior (imagen 2).
Pruebas complementarias
Enviamos de manera urgente a Urgencias Hospitalarias.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Los hallazgos ecográficos son comprobados y demostrados con pruebas de imagen de nivel superior (PET/TAC).
Tratamiento y planes de actuación
Tras su valoración en Oncología, en este momento, se ha desestimado tratamiento ablativo con radioembolización, siendo valorado el caso en Comité de Tumores de dicho centro.
Evolución
Se plantea a la paciente valoración de nueva línea de quimioterapia vs valorar su inclusión en Ensayo Clínico.
En este caso la ecografía clínica nos ha permitido hacer una evolución longitudinal del desarrollo de la enfermedad de nuestra paciente. Desde el momento del diagnóstico y seguimiento hasta la recidiva y complicaciones secundarias que han ido apareciendo, pudiendo tener una vigilancia más exhaustiva, reduciendo la incertidumbre clínica y aumentando la seguridad en la toma de decisiones. Y ya, de paso, dar una respuesta sincera, cercana, científica y humana a un enfermo que así lo solicita.