XXXV Congreso de la semFYC - Gijón
del 11 al 13 de junio 2015
Analizar el grado de adecuación de la prescripción de Inhibidores de la Bomba de Protones (IBP) en un centro de salud semiurbano.
Estudio observacional aleatorizado de 112 pacientes a los que se les prescribía IBP de forma continuada durante más de 3 meses. Se analizó el motivo por el que lo tomaban, estudiando posteriormente si el uso de IBP se ajustaba o no a las indicaciones consensuadas.
41,1% (46) varones, 58,9% (66) mujeres. Edad media 65,2 ± 15,8 años (59% (66) > 65 años). Antecedentes: 4,46% (5) con historia previa de HDA y en tratamiento con IBP, 22,3% (25) tomaban AAS a dosis antiagregantes habitualmente, 8,9% (10) tomaban clopidogrel u otros antiagregantes, 3,6% (4) tomaban corticoides, 30,4% (34) tomaban AINES, 4,5% (5) anticoagulados y el 17% (19) tomaban ISRS.
Tras interrogatorio:
1.- El 38,4% (43) tomaba el IBP por su capacidad de proteger el estómago.
2.- 37,5% (42) lo tomabanpor prescripcion de profesionales sanitarios.
3.- 21,4 % lo tomaban porque tomaban muchos medicamentos
4.- 1,8% no lo sabían.
5.- Y el 0,9% (1) otros motivos.
Se cumplían criterios de prescripción del IBP: 84,8% (95) cumplía algún criterio; 15,2% (17) no cumplía criterio alguno. De estos, 35,3% (6) tomaban IBP por prescripcion de un profesional sanitario sin tener criterios. Del resto: 41,2% lo tomaban por su calidad de protector y 23,5% (7) porque tomaban muchos fármacos, sin ser estos gastrolesivos.
Se continúa realizando una prescripción abusiva de IBP, en muchas ocasiones carente de justificación clínica y muchos de ellos pautados por profesionales sanitarios. Se debería potenciar el uso racional de los IBP y extender sus criterios de uso, para evitar prescribirlos en situaciones innecesarias, exponiendo con esta práctica al paciente a una iatrogenia evitable.