Desarrollar un método alternativo y verosímil de autocontrol del asma durante la pandemia por Covid-19, un periodo en el que se limita el contacto presencial médico-paciente y queda suspendida la realización de pruebas de función respiratoria. 

Durante la pandemia por Covid-19, tras restricción de espirometría para la atención primaria, surgió la necesidad de controlar a distancia a los pacientes con diagnóstico de asma.  Para ello les entregamos un dispositivo pequeño y portátil conocido como “peak flow meter”, que permite objetivar rápidamente el grado de obstrucción bronquial de las vías respiratorias de gran calibre, adecuar el tratamiento y realizar planes de autocontrol. Registra el flujo espiratorio máximo (FEM) en espiración forzada.  Para valorar el resultado se emplean tablas de referencias ajustadas por sexo, edad y talla. Se consideran normales los valores de FEM superiores al 80% del valor teórico, usando como referencia la mejor marca personal del paciente (MMP), tras dos semanas de registro del FEM matutino y vespertino.  El uso del dispositivo pico flujo sirve para determinar la gravedad de una crisis, sabiendo que un valor FEM< 80% de la MMP sugiere mal control asmático. Se recomienda elaborar un diario asmático, registrando diariamente la clínica, los desencadenantes de las crisis, la medicación utilizada, necesidad de rescate y los resultados del pico flujo.

Con el dispositivo pico flujo se consigue un mejor control en pacientes asmáticos, disminuyendo el número de crisis e implicando a los pacientes en el autocontrol de su patología.

En pacientes con sospecha de patología asmática o asmáticos descontrolados, ante los que no tenemos fácil acceso a realizar pruebas de función respiratoria como se venía haciendo previamente a la pandemia por Covid19. En urgencias extrahospitalarias como método que nos ayude a decidir cuándo derivar una crisis asmática a urgencias hospitalarias.