Congreso de Residentes, JMF, Tutores y Unidades Docentes de la semFYC
21 y 22 de abril de 2023
Mujer de 44 años que consulta por disnea y tos.
Enfoque individual
Antecedentes personales: asma en la infancia, apendicectomía. No hábitos tóxicos. No tratamiento habitual.
La paciente refiere síntomas catarrales con test de antígeno de SARS-CoV-2 positivo hace dos semanas y autoescucha de ruidos respiratorios desde entonces. A la exploración se auscultan sibilantes y roncus dispersos, por lo que se diagnostica de bronquitis aguda y se pauta 2 inhalaciones cada 8 horas de salbutamol 200 µg.
Transcurridas 3 semanas acude por persistencia de síntomas, observándose desaparición de roncus en auscultación con ligeras sibilancias por lo que se modifica el tratamiento inhalado por combinación de formoterol 6 µg y beclometasona 100 µg, 2 inhalaciones cada 12 horas. En la cita de control a la semana refiere mejoría de autoescucha solo mantiene disnea durante el ejercicio. La paciente manifiesta su preocupación de que sus síntomas sean debidos a su reciente infección por virus SARS-CoV-2.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Llegados a este punto se realiza el diagnóstico diferencial entre los cuadros que producen disnea y tos. Dada la pregunta de la paciente podríamos valorar la posibilidad de covid persistente, pero siempre recordando que se trata de un diagnóstico de exclusión, por lo que deberíamos valorar la sospecha de asma, disnea de esfuerzo, toma de fármacos…
Tratamiento y planes de actuación
Se decide realizar electrocardiograma, radiografía de tórax, analítica sanguínea y espirometría. Las pruebas complementarias no manifestaron hallazgos patológicos a excepción de la espirometría con test broncodilatador positivo y mejoría del FEV1 de 20% y 510 ml que junto a la respuesta a inhaladores confirma el diagnóstico de asma persistente moderada.
Evolución
Finalmente se asociaron 1-2 inhalaciones de salbutamol 200 µg previo a la realización de actividad física con buena respuesta.
Entendemos covid persistente como la permanencia de síntomas durante más de 4-12 semanas después del contagio que no pueden explicarse por ningún otro diagnóstico alternativo. En los casos sospechosos las guías recomiendan realizar una correcta reevaluación, radiografía de tórax, espirometría para no etiquetar erróneamente a un paciente, teniendo en cuenta como posible origen de los síntomas recurrentes la agudización de patologías previas estables.