XXXIX Congreso de la semFYC - Málaga
del 9 al 11 de mayo de 2019
La violencia sexual es una realidad silenciada, incómoda y escasamente denunciada, a pesar de su frecuencia, un 7 % de las mujeres la ha sufrido (Macroencuesta, 2015). Las consecuencias para la salud y para la vida de estas mujeres son demoledoras. Invitamos a reflexionar sobre los prejuicios que tienen la sociedad y los profesionales respecto al comportamiento de las víctimas antes, durante y después de la agresión; el coste personal, la victimización reiterada, la exposición al juicio público y mediatizado, los riesgos, el acoso moral y, con frecuencia, sin contar con apoyo profesional para ayudarlas a superar el trauma. Y en este marco, ¿cuál es nuestro papel como profesionales? ¿Cómo debemos actuar? ¿Cómo podemos ayudarlas a superar las consecuencias de una violación? Más allá de los procedimientos biomédicos de atención urgente, hablamos de acogida, de atención cercana a una persona en situación de vulnerabilidad extrema, de comprensión, de respeto, de formas, de lenguaje cuidado y sensible, de creer, de no juzgar, de oferta de apoyo, de seguimiento, de acompañamiento… Y también, sin duda, de procedimientos medicolegales necesarios. ¿Sabríamos cómo aconsejar a una mujer, sobre qué hacer y qué no hacer si se ve en una situación así? ¿Sabemos cómo actuar si llega a nuestra consulta tras haber sido atendida de urgencia? ¿Sabemos a qué otros recursos podemos pedir ayuda?