XXXV Congreso de la semFYC - Gijón
del 11 al 13 de junio 2015
Atención Primaria
Caso multidisciplinar. Atención Primaria, Urgencias y Neurología
Visión borrosa de dos días de evolución sin otra sintomatología asociada
Enfoque individual
Antecedentes personales: paciente de 79 años. Gonartrosis bilateral. Sin otros antecedentes relevantes.
Anamnesis: visión borrosa de dos días de evolución, sin cefalea ni otros síntomas asociados.
Exploración: afrebril, auscultación cardiopulmonar normal, abdomen y extremidades normales. Exploración neurológica: pupilas isocóricas normorreactivas. Campimetría por confrontación normal, movimientos oculares normales salvo ausencia de mirada extrema a la derecha con ojo derecho, diplopía horizontal. Resto normal.
Pruebas complementarias: analítica completa, radiografía de tórax y electrocardiograma normales. Tomografía craneal sin alteraciones. Resonancia magnética cerebral con múltiples focos de restricción de difusión, en relación con isquemia crónica de pequeño vaso.
Enfoque familiar
Se trata de una mujer de 79 años. Vive sola, es viuda y tiene una hija que vive independiente. Paciente en edad madura en etapa V (final de la contracción), con buen apoyo familiar. Tiene asistencia domiciliaria privada tres días a la semana y buen nivel económico, con vida activa, acudiendo a diario a un Centro Social para mayores.
Desarrollo
La sospecha diagnóstica es de un trastorno cerebrovascular subyacente con afectación de nervio oculomotor para el VI par craneal. Se debe hacer diagnóstico diferencial con lesiones ocupantes de espacio, trastornos psicógenos y causas intrínsecas oculares.
Tratamiento
Desde Atención Primaria se derivó al Servicio de Urgencias para estudio y la paciente ingresó en Neurología para realización de más pruebas complementarias, instaurándose tratamiento antiagregante.
Evolución
La paciente ha tenido buena evoluciín, continúa con tratamiento antiagregante y está a seguimiento en Neurología, sin aparición de nuevos eventos isquémicos sintomáticos.
La importancia del caso radica en que existen síntomas menores que pueden indicar patologías potencialmente graves, por lo que es importante para el médico de Atención Primaria reconocer los signos de alarma y tomar decisiones oportunas cuando estos aparecen.