XXXVIII Congreso de la semFYC – Barcelona
del 10 al 12 de mayo de 2018
Atención primaria
Caso multidisciplinar
Dolor abdominal y disnea
Enfoque individual
Paciente de 90 años, antecedentes personales de neoplasia de mama en 1983 tratada con mastectomía, quimio y radioterapia;
histerectomía más anexectomía bilateral en 1997; HTA y deterioro cognitivo. En tratamiento con ramipril - hidroclorotiazida y duloxetina. Acude a consulta por dolor abdominal localizado en hemiabdomen inferior con resistencia a la palpación. No refiere fiebre, náuseas ni vómitos. Hábito estreñido. En la radiografía no se observa obstrucción, sí abundantes gases. La analítica revela aumento leve de transaminasas, GGT y FA. Niega consumo de alcohol. Se le pauta metoclopramida - dimeticona. La paciente vuelve al mes siguiente por disnea de mínimos esfuerzos sin fiebre ni tos. En la auscultación se aprecia disminución del murmullo vesicular en base derecha.
Enfoque familiar
Paciente anciana, dependiente leve (Barthel 75/100), sin familiares directos. Vive sola, con una cuidadora por el día y otra por la noche.
Desarrollo
Se remite a la paciente a urgencias hospitalarias, donde se objetiva un derrame pleural derecho y se ingresa en medicina interna. Se le realiza una ecografía y un TC toracoabdominal donde se visualizan, entre otras muchas cosas, un marcado derrame pleural derecho y una masa heterogénea en cuerpo y cola de páncreas. La paciente y su cuidadora deciden una actitud conservadora consistente en toracocentesis diagnóstica y terapéutica.
Tratamiento
Oxigenoterapia domiciliaria 24 horas a 2 litros por minuto. Dieta hiperproteica. Analgesia pautada.
Evolución
La paciente decide permanecer en domicilio y acudir a urgencias si empeoramiento importante de la disnea, lo cual sucede en dos ocasiones, con alta desde urgencias tras toracocentesis evacuadora. Se realizan dos o tres visitas domiciliarias semanales sin demanda previa para seguimiento de la paciente.
El acompañamiento domiciliario de enfermos terminales es de gran importancia. Aunque no hay tratamiento curativo específico, se controlan síntomas como el dolor y la ansiedad. El paciente siente que no está solo, que hay alguien que vela por él hasta el final de su vida, labor propia del médico de familia.