XLIV Congreso de la semFYC - Barcelona
14-16 de noviembre de 2024
Atención Primaria.
Lesiones piel.
Enfoque individual
Mujer de 60 años, hipotiroidismo subclínico, educadora infantil. Refiere lesiones pruriginosas en cuello, extremidades superiores y tronco desde hace 24 horas. No fiebre. No clínica orgánica. Ambiente epidemiológico positivo. Exploración física con múltiples vesículas agrupadas transparentes subcentimetras sobre mácula eritematosa con erosiones de rascado de inicio en cuello, tronco y predominan en ambos brazos.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Como diagnóstico diferencial, plantearse picaduras, urticaria (rápida instauración, prurito), herpes zoster (vesículas, más frecuente por edad), síndrome de Steven Johson (presencia de vesículas y/o afectación oral).
Tratamiento y planes de actuación
Ante la ausencia de signos y síntomas de gravedad, se pauta tratamiento sintomático. Se revalora en 24 horas. Se solicitan serologías para virus varicela zoster con inmuglobulina M positiva que confirma infección por varicela.
Evolución
La varicela es una enfermedad muy contagiosa, típica de la infancia y benigna. Es la primoinfección por virus varicela-zoster. Brotes en primavera y verano. Contagio por vía aérea durante la fase prodrómica y los primeros días de la erupción, y por contacto directo hasta 2 días antes de secarse las últimas lesiones. El período de incubación es de 10-14 días. Se inicia con pródromos leves seguido de la erupción cutánea muy pruriginosa. La lesión típica es una vesícula transparente de 2-5 mm de diámetro sobre una mácula eritematosa que se hace umbilicada. Predominan en cara y cuero cabelludo y se extiende a tronco y extremidades. Puede afectarse la mucosa oral. Típico patrón de «cielo estrellado», con lesiones en diferentes estadios de evolución. Entre las complicaciones destacar la sobreinfección bacteriana por rascado y en adultos, las complicaciones sistémicas, especialmente la neumonitis varicelar. Aparece entre los 7 y 15 días de inicio, y se caracteriza por alteración radiológica importante con poca clínica. Las complicaciones más graves son las complicaciones neurológicas.
El tratamiento es sintomático en la mayoría de los casos. En pacientes inmunodeprimidos, está indicado el tratamiento con antivíricos. En el adulto se debe hacer un seguimiento más cercano para descartar afectación sistémica y en caso de detectarla, se derivará a urgencias hospitalarias. La vacuna está incluida en el calendario vacunal infantil y en el caso de adolescentes y adultos que no hayan pasado la enfermedad, se vacunará con 2 dosis separadas en 8 semanas.