XXXIV Congreso de la semFYC - Gran Canaria
del 12 al 14 de junio 2014
ÁMBITO DEL CASO
Servicio de Urgencias.
Caso multidisciplinar.
MOTIVOS DE CONSULTA
Diplopía.
HISTORIA CLÍNICA
Enfoque individual
Varón de 61 años diagnosticado de hipertiroidismo primario autoinmune por enfermedad de Graves, controlado hasta el momento actual con tirodril (última revisión en endocrino un mes antes con TSH 4,5).
Acude a urgencias por visión doble de 10 días de evolución con empeoramiento progresivo, sin ninguna otra sintomatología asociada.
En la exploración neurológica destaca diplopía que se manifiesta con la mirada hacia la derecha y abajo. En el ojo izquierdo hay leve limitación de la motilidad ocular con la mirada a la izquierda y en el ojo derecho con la mirada a la derecha y arriba.
En la analítica tiene una TSH <0.008, T4 libre 2.10, T3 6.20.
En el estudio se incluyó un TAC y RMN craneal, eco-doppler de troncos supraaórticos y ECG que resultaron normales.
Ante la sospecha de una orbitopatía tiroidea se realizó una RMN de órbitas que objetivó un engrosamiento de la musculatura extrínseca predominantemente en rectos inferiores y mediales.
Enfoque familiar
Electricista, vive con su mujer. Tiene 2 hijas.
Desarrollo
Oftalmoparesia secundaria a patología tiroidea.
Tratamiento
Se instaura tratamiento con Prednisona oral a dosis de 50 mg la primera semana y retirada en pauta descendente.
Se ajusta la dosis de Tirodril.
Se recomienda evitar la sal yodada y los alimentos con alto contenido en yodo.
Evolución
Tras valoración por oftalmología e instaurar tratamiento con corticoides la oftalmoparesia comenzó a mejorar a partir del tercer día.
La TSH y la T4 libre se normalizaron al aumentar la dosis de tirodril.
Se aconsejó control clínico y analítico por parte de su médico de Atención Primaria.
CONCLUSIONES
En la Enfermedad de Graves Basedow, además de la oftalmopatía tiroidea habitual, también puede afectarse la musculatura extrínseca ocular (miositis) e incluso llegar a evolucionar a fibrosis. Los músculos más frecuentemente afectados son el recto inferior (60%) y el recto medio (50%).
Cabe destacar la importancia de realizar un diagnóstico precoz que permita instaurar el tratamiento correcto y evitar con ello las complicaciones fibróticas. En caso de que se detecte en fases tardias a veces la cirugía es la única alternativa y los resultados no son satisfactorios.