Mejorar el autocuidado e implementar hábitos de vida saludables y rutinas en personas en proceso de reinserción social por consumo de sustancias.

Proyecto destinado a dar respuesta a las necesidades que presentan personas en proceso de reinserción social, convivientes en régimen abierto en un centro perteneciente a la zona básica de salud. La orientadora del centro inició el contacto con la trabajadora social del centro de salud tras detectar necesidades de autocuidado, alimentación, higiene y ejercicio que presentaban los residentes de dicha institución por el bagaje previo, incluyendo situaciones de sinhogarismo o prisión.

Se elaboraron tres sesiones tratando los temas descritos desde el punto de vista de salubrista y, la importancia que representa en la vida en comunidad. Posteriormente, impartimos los talleres en el centro, creando un debate participativo en torno las necesidades y retamos a que lo pusieran en práctica. En las visitas sucesivas preguntábamos y anotábamos si lo habían llevado a cabo y si ciertas rutinas habían sido asumidas. Se consiguió que un 50% de los residentes, adoptaran las recomendaciones de OMS sobre ejercicio físico e incorporan estos hábitos.

Queda pendiente desarrollar actividades sobre salud mental a petición de los usuarios.

La población con difícil acceso al sistema sanitario a causa de los determinantes sociales que los atraviesan presentan necesidades particulares de cuidados que el centro de salud debe ser capaz de identificar y cubrir.

Acercarnos a entornos diferentes a nuestro ámbito de convivencia amplía la visión de las necesidades en salud por parte de los profesionales.

Este modelo de enseñanza, tiene la ventaja de ser conocido por todos los profesiones del centro de salud, de las distintas categorías, así como de ser versátil, austero y exportable a otro centro de similares características, lo que nos proporciona una aplicabilidad casi universal.