Estudio descriptivo utilizando un cuestionario Microsoft Form de 20 preguntas dirigidas a residentes de MFyC, sobre conocimiento en etiología, diagnóstico, tratamiento y seguimiento de la gota y sus preferencias de formación.

Participaron 105 residentes de 16 unidades docentes. El 80% fueron mujeres. Distribución por años: R1 19%; R2 30%; R3 22%; R4: 30%.

El 81% opinó que el seguimiento de la artropatía gotosa se realiza mayoritariamente en Atención Primaria. En cuanto a conocimiento percibido, el 79% lo consideró suficiente/bueno, con un 54% que consideró tener una formación deficiente/muy deficiente. Un 20% había realizado alguna sesión de actualización en la enfermedad. 

En cuanto a la patogenia, la mitad de los encuestados desconoció que la gota es una enfermedad crónica; el 69% no supo los niveles de hiperuricemia y el 73% no acertó el principal mecanismo causal.

En relación con el tratamiento hipouricemiante, el 15% conoció su objetivo; 57% supo cuándo iniciarlo; 19% conoció la dosis de inicio recomendada y 47% la dosis máxima. El 25% fue conocedor de los motivos de fracaso del tratamiento y el 19% identificó los hábitos higiénico-dietéticos más efectivos para reducir la hiperuricemia.

El 71% tuvo buen conocimiento sobre el tratamiento agudo; el 77% conoció la dosis de colchicina indicada.

Un 73% desconoció que la artropatía gotosa es un factor de riesgo cardiovascular independiente.

A pesar de que la mayoría de residentes considera tener un conocimiento suficiente sobre la enfermedad, se observaron múltiples lagunas. Se sigue concibiendo la gota cómo una patología aguda, sin profundizar en su etiopatogenia, su cronicidad, sus consecuencias y, por tanto, su correcto manejo. Hay margen de mejora en la enseñanza de esta patología.