XXXIX Congreso de la semFYC - Málaga
del 9 al 11 de mayo de 2019
Atención Primaria.
Caso multidisciplinar.
Bulto en la cabeza.
Enfoque individual
Mujer. 85 años. Acude por tener un bulto indoloro en la cabeza desde hace casi un año. Lo relaciona con varios traumatismos sucesivos debidos a caídas fortuitas sin pérdida de conocimiento. No refiere síntomas neurológicos.
Sin alergias medicamentosas. Hipertensa y dislipémica.
Se observa clara asimetría craneal, con masa dura de unos 10cm de diámetro y 5cm de alto a nivel parietal izquierdo. No signos inflamatorios. Piel íntegra. No dolorosa a la palpación.
Se realiza una radiografía craneal de forma ambulatoria: imagen lítica de unos 8 cm a nivel de hueso parietal izquierdo. Tras resultados, se decide derivar a urgencias hospitalarias, ingresando en neurocirugía.
Tanto el TAC craneal, como la resonancia y gammagrafía ósea confirman la presencia de una extensa tumoración intradiploica de carácter lítico, se acompaña de un componente intracraneal con efecto masa así como compromiso extracraneal.
Enfoque familiar y comunitario
Viuda. Vive sola en su domicilio con apoyo de sus hijos que viven en la misma ciudad. Independiente para ABVD.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
La biopsia confirma que es un meningioma (grado I de la WHO). Debe realizarse diagnóstico diferencial con: hematoma, lipoma, osteosarcoma, hemangioma, granulomas o metástasis.
Tratamiento y planes de actuación
En condiciones normales se realiza exéresis del tumor mediante cirugía asociando o no radioterapia adyuvante. En este caso, debido a la extensión del tumor y a las características de la paciente (edad/comorbilidad) se decide una actitud no invasiva con tratamiento analgésico si precisa.
Evolución
La paciente sigue revisándose en nuestro centro de salud. La tumoración ha aumentado de tamaño. No presenta aún clínica neurológica.
Los meningiomas son los tumores primarios más frecuentes del sistema nervioso central (entre un 13-26% de los tumores intracraneales primarios). Su incidencia anual es de 6 por cada 100.000 habitantes (más frecuente en edades avanzadas, mujeres o pacientes con neurofibromatosis tipo 2). Son difíciles de diagnosticar debido a su lento crecimiento aunque cada vez se diagnostica más frecuentemente de forma casual en pruebas de neuroimagen. Desde atención primaria debemos estar atentos ante la aparición de lesiones a nivel craneal y más si asocian sintomatología neurológica. Será necesario una buena anamnesis y exploración que pueda poner de manifiesto un origen metastásico de la lesión.