XXXVI Congreso de la semFYC – A Coruña
del 9 al 11 de junio 2016
Determinar la relación entre la velocidad de la marcha y el estado de salud en una población anciana.
Estudio descriptivo de corte transversal de una muestra de población mayor de 64 años visitado en un centro de salud urbano. Las variables analizadas fueron: sociodemográficas, clínicas, afectivo-cognitivas y funcionalidad física.
La velocidad de la marcha se evaluó mediante el Short Physical Performance Battery, que evalúan las áreas de equilibrio, velocidad de la marcha y capacidad de levantarse. Se realizó un análisis descriptivo y bivariante mediante el programa STATA.
Participaron 488 pacientes con una edad media de 77,03 (7,07 DE), el 62,7% mujeres. El 45,9% presentó una velocidad de la marcha clasificada como lenta (menos de 0,8 metros por segundo) y el 4,51% fueron incapaces de finalizar el recorrido. Este grupo de pacientes comparados con los que no tenían alteración de la marcha, eran de una manera significativa (p < 0,01) de mayor edad, más mujeres, con peor estado de salud autopercibido y peor calidad de vida reportada, mayor consumo de fármacos (5,1 fármacos), con más problemas de memoria, de dolor, de equilibrio y de conciliación del sueño, mayor dificultad para levantarse de una silla, actividad física, presentar peor estado nutricional, mayor frecuencia de hipertensión, artrosis y depresión. El 33,3% de estos pacientes eran frágiles y el 56,1% prefrágiles según los criterios de Fried, comparado con un 3,31% y el 49,59%, respectivamente, de los pacientes con una velocidad de la marcha normal (p<0,01).
La velocidad de la marcha es un buen indicador del estado de salud general y del estado de fragilidad. Es una herramienta rápida, sencilla y barata y puede ser muy útil en el entorno de la atención primaria para detectar personas ancianas en riesgo.