Mujer de 39 años que consulta por artromialgias persistentes posCOVID-19.

Enfoque individual

• Antecedentes personales: polaca, casada y con 2 hijas, IABVD.
• AP: Lyme.
• Anamnesis: Paciente que consulta en diciembre de 2020 por dolores articulares de inicio en octubre del mismo año, valorado por reumatólogo privado descartándose patología autoinmune, con estudio de enfermedad Lyme positivo, y con reciente infección por covid19 de convivientes. Informa de tos seca casi cada día, y diversas algias. Se realizan 3 PCR COVID-19 en diciembre/2020, con resultado negativo, aunque en el contexto sanitario que nos hallábamos se orientó así inicialmente, y a las
• semanas como COVID-19 persistente.
• Por persistencia de clínica durante meses la paciente consultó en varias ocasiones a especialistas privados, descartándose enfermedad autoinmune, únicamente diagnosticándose de enfermedad de Lyme.
• Ante la persistencia de artromialgias y astenia, se deciden realizar serología infecciosa con resultado positivo para infección por CMV pasada, infección por VEB reactivada y enfermedad Lyme pasada.
• Se realizaron radiografía de tórax, serologías y PCR COVID-19 siendo negativas, descartándose complicaciones de COVID-19, y realizándose tratamiento sintomático con analgésicos.

Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas

Finalmente se decidió la derivación a la unidad de COVID-19, para valoración habiéndose descartado patología autoinmunitaria.

Tratamiento y planes de actuación

Se realiza de forma intermitente tratamiento sintomático con analgésicos y antipiréticos si presenta fiebre, con respuesta parcial.

Evolución

Tras varios años, la paciente continua con episodios fluctuantes de aumento de la astenia y las artromialgias, pese a tratamiento síntomatico. Finalmente no se valoró en unidad posCOVID-19 dado que la paciente esta vacunada, y el estudio inmunologico (linf T activados) relacionado con COVID-19 no sería concluyente.

Se ha visto que la astenia y la artromialgias son secuelas posCOVID-19 que predominan en multitud de pacientes, y condicionan un deterioro en la calidad de vida de los mismos, requiriendo numerosas visitas sanitarias, pero no nos hemos de olvidar de otras infecciones no tratadas o que generan estos mismas síntomas de forma más cíclica según la actividad del microorganismo. Por todo ello se han de realizar despistaje de otras infecciones, y una vez descartadas todas ellas, trabajar junto al paciente para crear un plan de atención personal que ayude a controlar sus síntomas y mejorar su calidad de vida.